LA MELENA DE JACINTO . Cuento infantil. Autor: Lissette Van der Biest
En la franja verde del arcoíris,
vivía Jacinto
un cerdito simpático
a quien le gustaba tocar la guitarra.
También vivía Modesto,
El zorro,
muy astuto y sagaz,
que con elegancia batía siempre
su hermosa cabellera al hablar.
Todos los años
cuando la luna se ponía azul
se celebraba
el día de “yo quiero ser.”
Jacinto dijo:
- ¡quiero ser una estrella de rock! ¡Solo necesito una larga cabellera!
En la tarde violeta,
la madre de Jacinto buscó en los maizales
los pelos del maíz
y le cosió con hilo de estrellas
una linda peluca a Jacinto.
Cuando Jacinto se probó la cabellera que con amor
le había hecho su mamá, se puso a llorar:
- parezco un espantapájaros, no una estrella de rock.
Los hermanos de Jacinto
al verlo llorar toda la tarde
conmovidos, juntaron unas ramas del jardín
con bellas flores rojas y naranjas
y le hicieron una gran cabellera colorida a su hermanito, y al probársela dijo desilusionado:
-ahora parezco el jarrón de la abuela, no una estrella de rock.
Todos hablaban de lo triste que estaba Jacinto,
por no conseguir un atuendo para el concurso.
- ¡si tan solo pudiese tener pelo! – dijo Lucía la ardilla.
- ¡Pero es un cochino! – dijo Ramón el gusano.
- ¡Los cochinos no tienen pelo! – le gritaron todos a coro.
La historia llegó a oídos de Modesto, el zorro.
y aunque quizás había visto a Jacinto solo un par de veces en la plaza del pueblo,
pensó: ¿Cómo se vería una estrella de rock, con mi melena?
y sin pensarlo dos veces, fue a su casa y cortó su hermosa cola.
Modesto ahora era un zorro con una cola sin pelo.
No parecía el mismo zorro apuesto de siempre.
Se miró impresionado en el reflejo de la luna y ésta le dijo:
- no temas. En lo profundo de tus ojos, siempre te encontrarás.
Al día siguiente, el día del concurso,
Modesto tomó el mechón de pelo y se lo llevó contento a Jacinto.
Jacinto no podía creer lo que le estaba sucediendo.
-con tu hermoso mechón, ¡ahora si seré una estrella de rock de verdad! ¡Gracias Modesto!
Como pudo se colocó su nueva melena, tapando sus orejitas rosa
y salió orgulloso al concurso.
Modesto junto a Ramón el gusano y Lucía la ardilla
esperaban ansiosos la presentación de Jacinto.
-Y ahora con ustedes: ¡Jacinto, la súper estrella del rock!
Jacinto emocionado, se subió a la tarima.
Sonriendo se colocó la guitarra en el hombro
y cuando comenzó a cantar su canción
una brisa helada de Saturno,
hizo volar la copa de los arboles,
las flores
y la melena de Jacinto.
Jacinto salió corriendo detrás de ella, sin éxito.
Los pelitos del mechón se fueron dispersando,
uno a uno en el cielo
y volaron acompañados de las lágrimas de Jacinto.
¡Oh no! Pobre Jacinto- se escuchaba decir a todos.
Modesto, respiró profundo y se subió al escenario.
más atrás se subieron Ramón y Lucía
y le dijeron a coro a Jacinto:
- ¡no necesitas una gran melena para ser una estrella de rock!
Modesto recordó las palabras de la luna y le dijo:
- si ves en lo profundo de tus ojos, ahí siempre te encontrarás. Ahí verás a Jacinto, la gran estrella de rock.
Jacinto le sonrió, se secó las lágrimas y comenzó a tocar su guitarra
como toda una estrella de rock.
Todos lo aplaudieron contentos,
mientras la luna azul
con su nuevo mechón de pelo
alumbró el escenario de Jacinto
y adornaría para siempre
las noches del cielo
de la franja verde del arcoíris.
FIN
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